Cervezas La Colombina es una pequeña empresa de Huelva que nace de la pasión compartida por una buena gastronomía y por la cerveza artesana.
Los responsables de la puesta en marcha de este proyecto son dos “científicos locos”, doctores en genética y biotecnología industrial, dedicados durante más de 10 años a investigar en universidades públicas con microorganismos que se usan en procesos fermentativos, como son las levaduras vínicas, panaderas y por supuesto, las usadas en la elaboración de cerveza. Nuestra idea ha sido dar un pasito adelante y elaborar nuestra propia línea de cervezas naturales. De esta forma, ponemos a disposición de la sociedad todos los conocimientos adquiridos durante tantos años de investigación, ofreciéndoles productos de una enorme calidad.
La fábrica está situada en La Palma del Condado, donde realizamos nuestras elaboraciones para obtener unas cervezas con aromas y sabores únicos y con la máxima calidad. Cervezas elaboradas con la idea de complementar las delicias gastronómicas onubenses y fabricadas de manera sostenible con ingredientes 100% naturales.
La Colombina es sinónimo de Huelva y de su cultura.

ELABORACIÓN
Se obtiene un mosto dulce rico en azúcares, procedentes de las maltas seleccionadas, para que posteriormente las levaduras los conviertan en alcoholes.
El mosto obtenido se hierve para su esterilización. Durante esta etapa se agregan los lúpulos, que serán los responsables del amargor de la cerveza. Además, el lúpulo contribuye favorablemente al sabor y aroma final de la cerveza y sirve también como conservante natural.
El mosto hervido se enfría rápidamente hasta una temperatura idónea donde las levaduras puedan ser felices.
Las levaduras convierten los azúcares presentes en el mosto en alcohol y dióxido de carbono, que le confieren a la cerveza su carácter definitivo. Durante los primeros 5-7 días tiene lugar una fermentación activa en la cual se consumen todos los azúcares. A partir de este momento, durante varios días más, se da lugar una fermentación más lenta la cual sirve para clarificar la cerveza joven, ya que la mayoría de las partículas en suspensión van decantando en el fondo del fermentador y así se obtiene una cerveza más clara.
A diferencia del proceso industrial, donde la cerveza se esteriliza y se gasifica artificialmente, en el proceso artesanal la cerveza se mantiene viva, ya que la levadura presente en la botella o barril, sigue actuando muy lentamente. De esta manera se obtiene una carbonatación natural y la cerveza sigue madurando en cuerpo, sabor y aromas.